viernes, 12 de marzo de 2010

CENTENARIO DEL AERODROMO DE VILLA LUGANO

CENTENARIO DEL AERODROMO
ATENTO QUE EL BLOG MODIFICA EL MATERIAL QUE ESTA JUNTA HA PREPARADO PARA EL EVENTO, A LOS INTERESADOS LES PEDIMOS SE CONTACTEN A NUESTRO MAIL (JUNTADEHISTORIALUGANO_RIACHUELO@YAHOO.COM.AR) , QUE LE REMITIREMOS POR DICHO MEDIO EL MATERIAL CORRESPONDIENTE


Primer Aeródromo “HECHO EN LUGANO”
Hoy nos es familiar considerar a la aviación como una realidad concreta que acorta tiempos y distancias, al servicio de las necesidades del Hombre.
Pero para comprender el mérito de los precursores debemos remontarnos a la Historia de estos Señores, que creían en la posibilidad de concretar una utopía, en los primeros años en un ambiente donde la conciencia aeronáutica no existía, sino a través de las formas trashumantes del espectáculo circense.


¿PORQUÉ NACIÓ EL 1ER. AERÓDROMO EN EL PAÍS Y SE UBICÓ EN VILLA LUGANO?

A cien años del nacimiento del Primer Aeródromo en el país, nos proponemos desde ésta Junta de Estudios Históricos y Culturales, poner a disposición de quienes nos visitan el material con que contamos.
Corría 1910, se cumplían los primeros 100 Años de la Revolución de Mayo y desde distintos ámbitos se propiciaba celebrar tan importante acontecimiento.
Desde el ámbito del Aero Club y de la Sociedad Sportiva Argentina, adherentes a la subcomisión de Juegos Olímpicos de la Comisión Nacional del Centenario, se gestaron las primeras manifestaciones con “el más pesado que el aire” en el país.
En capítulos siguientes desarrollaremos en amplitud quienes fueron los precursores de la aeronáutica en el mundo y en el país.
Pero para responder a nuestra pregunta inicial, debemos remontarnos a los primeros vuelos, los realizados en enero de 1910, cuando llegan a nuestro país el aviador francés Ingeniero
Henry Bregí
. Éste venía acompañado de su equipo y traía consigo dos extraños pájaros mecánicos, dos aviones “Voisin” de fabricación francesa.
Miembros de la Comisión Directiva del Aero Club presidida por el Ingeniero Jorge Newbery, recibieron a los viajeros.
Pocos días después llega el aviador italiano
Ricardo Ponzelli
, invitado y patrocinado por la Sociedad Sportiva Argentina, presidida por su fundador el barón Antonio de Marchi.
Ponzelli portaba también un avión “Voisin”.
A continuación la trascripción del libro “Génesis de la Aviación Argentina 1910-1915 Su Historia y Sus Hombres” de Julio Víctor Lironi:
Los directivos del Aero Club, encabezados por el entonces presidente ingeniero Jorge Newbery, dinámicos y experimentados conductores en el país del programa aéreo y sus perspectivas y quienes, desde el año 1908 proseguían la trascendente tarea con el “mas liviano que el aire”, arbitraron cuanta medida estimaron conducente para obviar toda dificultad a las demostraciones aéreas prometidas por las importantes visitas.
En primer término, el Aero Club (Acta Nº 24, lib. 1) solicitó del Ministerio de Hacienda de la Nación la libre introducción de los aeroplanos de propiedad de Bregí; designo luego lugares aparentes para la realización de las respectivas experiencias de vuelo.
El aviador italiano Ponzelli llevó a cabo la primera tentativa el 30 de enero, en la localidad de Hurlingham, terrenos de Campo de Mayo, sector correspondiente al polígono de tiro del ejército.
Ponzelli, que en la víspera de su tentativa de vuelo había efectuado largas corridas con su máquina a efectos de verificar su montaje, comenzó la prueba en horas de la mañana.
En su primera corrida, previa al despegue, aquel advirtió que el avión se inclinaba a la izquierda. Suspendió entonces la maniobra y procedió a contrarrestar el defecto colocando una pesa de plomo en el ala opuesta. Inmediatamente inició otra corrida, y al cabo de andar unos 120 metros, consiguió elevarse diez metros aproximadamente, pero enseguida –según aseveran las crónicas de la época- tomado por una ráfaga de viento que en esos momentos soplaba a razón de 7 m/s, el avión se inclinó peligrosamente sobre su ala derecha, cayó a tierra y golpeó contra un poste. El aparato sufrió rotura de su tren de aterrizaje, cola, y deterioros en el fuselaje, mientras que su piloto señor Ponzelli, resultó con contusiones de poca importancia.
En tanto, el aviador francés Henry Bregí, instalado en los terrenos del hipódromo de Longchamps (Partido de A. Brown, Pcia. de Bs. As) campo elegido al efecto por el Aero Club Argentino (Acta Nº 25 libro 1) finalizaba, con la útil colaboración del argentino y aficionado a la mecánica, don Raúl F. Zimermann, los preparativos para realizar su primer vuelo; y el día 6 de febrero, bajo la fiscalización del Aero Club, representado por su presidente Ing. Jorge Newbery y los señores Gervasio Videla Dorna y Jorge Lubary, Bregí se aprestó para llevar a cabo la prueba cuyo éxito había negado la suerte al italiano Ponzelli.
Bregí dio principio al ensayo con un breve carreteo por la pista con su “Voisin”, Octavie III, motor Gnome 50 HP.: se elevó rápidamente y voló a 20 metros de altura. Dio dos vueltas de pista, recorriendo 7 kilómetros y aterrizó impecablemente. El público que en número considerable había presenciado el “milagro”, delirante de entusiasmo ovacionó y llevó en andas al aviador.
Tal “milagro” tampoco escapó al fino humor de un dibujante de “Caras y Caretas” de ese mes y año publicó una caricatura de Bregí, al pie de la cual podía leerse la siguiente copia:
Como es el primero que aquí demostró
Que puede volarse, causó frenesí
Y hasta una señora después lo beso;
¡Quien fuera Bregí!...
Desde ese momento, Henry Bregí y su singular pájaro mecánico, fijaban en la historia aeronáutica del país el primer vuelo, cuanto menos, acabado, con el “mas pesado que el aire
”…
…Debemos significar que en aquellos históricos días y quizá en los que corremos, los ensayos de Ponzelli y Bregí fueron objeto de agudas polémicas en lo nacional e internacional. Se discutió quien de ambos había sido el primero en volar en nuestro país.
A ese respecto y a raíz de una consulta formulada por un diario extranjero en Buenos Aires, el Aero Club, en su reunión de C. D. del 20 de junio de 1911 presidida por Jorge Newbery, con la presencia del ingeniero Alberto R. Mascias, Dr. Alfredo L. Palacios y señores Lisandro Billinghurst y Severo Vaccaro (Acta Nº 47, libro 1) se expidió de la siguiente manera:


“Hacer acuñar una medalla de plata para enviarla al aviador Bregí, quien ha solicitado una distinción por haber sido él, el que efectuó los primeros vuelos mecánicos en este país; pero como antes que el señor Bregí, fue el señor Ponzelli quien intento hacer vuelos, en la medalla que se otorgue se hará constar que es en mérito a sus primeros vuelos públicos. Con referencia a la carta que envía el
“Giornale d´Italia” de esta capital preguntando si efectivamente el señor Ponzelli fue quien antes que otro efectuó vuelos en este país, como lo ha publicado en un periódico de Milán, debe contestársele que si bien dicho señor Ponzelli intentó realizar la primera exhibición, no tuvo mayor éxito, por cuanto simplemente dio un salto con su aparato no mayor de 200 metros y a muy poca altura; habiendo hecho el único vuelo digno de tomarse en cuenta cuando después de algunas reuniones de aviación en el aeródromo de Villa Lugano, opto al titulo de piloto, el que alcanzó sometiéndose a las pruebas reglamentarias.
Después no hizo mas vuelos”

Con lo expresado, y acerca de los acontecimientos ocurridos con el primer vuelo con motor en nuestro país y la admirable empresa cumplida por Bregí y Ponzelli, solo diremos a simple titulo de comentaristas que, a través de las conquistas del vuelo mecánico por el hombre, no fue exclusivamente este episodio el que promovió disputas y apasionadas controversias en el campo aeronáutico. Véase si no, el eterno litigio del vuelo universal con motor cuya primogenitura entre los Ader, Wright y Santos Dumont, etc., continúa aún debatiéndose.

NACE EL PRIMER AERÓDROMO EN EL PAIS

Hemos visto que las pruebas de Ponzelli y Bregí habían sido consumadas, era necesario pues, orientar los acontecimientos para que tan auspiciosos resultados no quedaran relegados a una simple y novedosa exhibición, sino que aquellas debían ser positiva raíz del programa aeronáutico promovido desde su fundación por el Aero Club Argentino.
Debemos significar que el Aero Club no poseía, objetivamente, aeródromo alguno, salvo los terrenos que utilizaban transitoriamente para la práctica de aerostación: quinta “Los Ombúes” (Belgrano), campo de la Sportiva Argentina (Palermo) y el de Bernal F.C.S, terrenos de Campo de Mayo, Hurlingham y Longchamps, fueron solamente escenarios circunstanciales de los primeros vuelos mecánicos con el “más pesado que el aire”.
Era preciso entonces, destinar un predio adecuado y permanente para la práctica de la aviación, aparente, además, para realizar grandes y públicos actos aeronáuticos que en esa
Luminosa hora presentían ya los dirigentes de Aero Club, sobre todo, con la llegada al país de numeroso grupo de aviadores extranjeros- franceses en su mayoría- con sus respectivas máquinas, la creación de la Comisión Nacional de juegos Olímpicos con el motivo de las fiestas del Centenario de la Revolución de Mayo en las cuales la aviación habría de tener actuación preponderante.
En consecuencia, el Aero Club Argentino aceptó la propuesta de la firma comercial Testoni, Chiesa y Cía. (Acta Nº 2, libro1 de la entidad) a la que se unieron luego señores Conet y Barretean, para proceder a la construcción de un aeródromo. Fueron elegidos para tal fin los terrenos que los primeros, y la razón social Fiorito Hnos., poseían en la zona sur de Villa Lugano (Capital federal), circundados por las calles Chilavert, Avenida Tellier, Avenida Coronel Roca y Larrazabal.
Se construyeron allí ocho hangares, cuatro de madera, suministrados por los señores Conet y Barretean, y cuatro forrados con chapas de zinc, provistos por la firma Testoni, Chiesa y Cía. Las instalaciones contaban, además con dependencias para personal, talleres, etc., provisión de agua por molino y bomba semisurgente. Se construyó una tribuna pública de 200 metros de largo, aproximadamente, así como también una fila de palcos delante de aquella. El aeródromo fue finalmente circunscrito por un cerco de chapas de zinc.

Sobre el campo se trazó una pista de vuelo, en cuyo centro levantose un semáforo destinado a realizar indicaciones comunes de aeródromo mediante el código internacional de señales que ya había instituido la Federación Aeronáutica Internacional. Acerca del acceso público al aeródromo de Villa Lugano, cuyo punto preciso e histórico denomina base “Apeadero Lugano”, consideramos interesante transcribir la descripción que, en cuanto al mencionado apeadero hace distinguida articulista, señora Claudia Salvat Grau, en su artículo “ Principio de la Infraestructura Aeronáutica”, publicado en la Revista Nacional de Aeronáutica de septiembre de 1960, cuyos detalles tan reales como históricos no podríamos nosotros pintar con mejor y más amena objetividad. Dice la señora Salvat Grau.
“El Apeadero Lugano era precisamente uno de los puntos de convergencia. Se llegaba a él por el tren que partía de la Estación Central Buenos Aires, sita sobre la Avenida Vélez Sarsfield, la que a su vez era servida por la línea Nº 24 de la Cía. De Tranways Anglo Argentina, que en oportunidad de las fiestas reforzaba los servicios con las líneas 29 y 69. El otro de los medios era un pequeño ferrocarril a vapor que partiendo de la esquina de Lacarra y Rivadavia, tomaba por Murguiondo hasta el Apeadero antes mencionado. Con respecto a este verdadero tren liliputiense no puede dejar de consignarse una de sus más habituales y risueñas características. Cuando la afluencia de pasajeros hacía más lento y pesado su rodar, al empinar las cuestas del camino e indefectiblemente la que se encontraba a la altura de Cañada de Gómez y Zelarrayán, aquellos debían echar pie a tierra y empujar el convoy hasta hacerlo superar las cuestas”- sigue diciendo la artulista- : “ como medio de favorecer – por una parte- la concurrencia del público y la de evitarle- por la otra- inútiles traslados, se estableció un sistema de informaciones mediante grandes banderas en las cabeceras mencionadas y en las plazas Once y Flores, en las que, el color rojo, significaba “ se realiza vuelos”, el blanco “ tal vez”, y el azul, “ no hay vuelos”.
Observará el lector, conforme la curiosa e histórica reseña de la señora Salvat Grau, que si bien los primeros pasos de nuestra aviación no estuvieron exentos de series vicisitudes, tampoco faltaron aspectos y matices salpicados con pintorescas situaciones.
Relacionado con aquel aeródromo del cual, en la actualidad existen aún varias parcelas baldías, hemos de consignar que uno de sus ángulos- predio demarcado para una futura plaza- formado por las calles Oliden y Chilavert, se eleva un monolito con una placa de bronce. En ésta puede leerse la siguiente dedicatoria:


PLAZA PRECURSORES DE LA AVIACIÓN ARGENTINA
En este lugar funcionó el primer aeródromo argentino. La secretaría de Aeronáutica en homenaje en sus bodas de oro, a los precursores Aviadores que recibieron su brevet.

Jorge Newbery
Florencio Parravecini
Carlos A. Goffre
Hernán F. Hendtch
XV Semana de Aeronáutica. Sesquicentenario de la Revolución de Mayo 1910-1960.

Este monolito ya no existe. Es intención de ésta Junta poder generar en lo inmediato una reedición de éste hito que permita plasmar en forma concreta en la conciencia y memoria de nuestro Barrio y de nuestro país, que Villa Lugano fue el 1er Aeródromo de nuestra Nación, por ello es “El refugio de los precursores de la Aeronáutica Nacional”.
Queremos invitarlos a sumarse a nuestros proyectos que estamos programando y que informaremos a la brevedad

jueves, 11 de marzo de 2010

EMBLEMA DE VILLA RIACHUELO

Queremos informarles que se cerró el concurso para
elegir el emblema de Villa Riachuelo.
El Jurado encargado de la elección fue convocado para el día jueves 18 de marzo.
Los mantenemos al tanto a traves de nuestro Blog, o escúchenos por LATIDOS RADIALES, FM AZUL 96.5, los sábados de 16 a 19 hs.